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El bordado en México


Desde el comienzo de la humanidad ha existido el arte del vestir, y los principios del México Antiguo no fueron la excepción. Como toda gran cultura universal, el pasado prehispánico de nuestro país no sólo nos regaló usos, tradiciones y costumbres; también nos trajo una asombrosa perspectiva sobre las prendas que vestimos.

En otros tiempos, tanto las telas como los bordados que las adornaban, simbolizaban el estatus de la persona que las portaba. Por tal motivo, los primeros vestigios que se tiene del bordado en México son antiguas túnicas y mantos en los que se envolvía a los difuntos que pertenecían a la nobleza indígena. Algunos de estos hallazgos tienen un pasado de más de 2,500 años. ¿Puedes imaginarlo?

Posteriormente, estos diseños comenzaron a tener su propio significado individualmente, y al día de hoy, dependiendo de la cultura a la que pertenezcan estos bordados, se hacen alusiones a elementos locales como la naturaleza de la región, su flora y fauna.

Aunque aún existe muchísima desinformación sobre los diferentes tipos de bordados que hay en nuestro país, las culturas de cada estado han luchado incansablemente para que se les reconozca y se les distinga.

El antiguo arte de dibujar con hilo

Dependiendo de la zona de nuestro país, también van variando los estilos con los que se borda. A continuación haremos un pequeño compendio de algunas de las culturas más reconocidas de México y los bordados que las caracterizan.

Bordado Chiapaneco

En el municipio de Zinacantán, encontrarás los colores más hermosos puestos sobre tela. Con la tradición del telar de cintura, las artesanas locales de origen Tzotzil, realizan diseños que destacan aspectos importantes de la cultura maya. Además de los tzotziles, otros grupos étnicos se diferencian por impregnar elementos de la cultura local en sus bordados. Los zoques, por ejemplo, bordan con hilo negro sobre tela blanca con ayuda de una herramienta de madera de 4 patas que llaman renkeasa.

Bordado Oaxaqueño

En la comunidad oaxaqueña de Santa María Tlahuitoltepec, los mixes se diferencian por el bordado de flores sobre blusas blancas. Así mismo, en sus diseños predominan los colores negro y rojo, y los elementos naturales como el bordado del sol y de los magueyes.

Por su parte, en Ojitlán, la cultura chinanteca se destaca por diseños increíblemente coloridos, en los que predomina el rojo, el rosa y el morado. Además, sus bordados reflejan aspectos de su cosmovisión, desde el origen del mundo, hasta la dualidad entre la muerte y la vida.

Bordado Otomí

Para los indígenas otomíes de diversas partes del centro del país, representar elementos de la naturaleza en sus bordados es fundamental. Especialmente en Tenango de Doria (Hidalgo), se caracterizan por bordar mantos en tela blanca, mismos que siempre tienen presente íconos de la flora y la fauna, muchas veces, haciendo hincapié en su belleza sin el contacto del hombre.

Bordado de San Luis Potosí

El esplendor de la huasteca potosina es conocida en todo México, pero sus vestimentas también hablan del legado de este maravilloso lugar. Para los teenek (huastecos), sus prendas femeninas (el dhayemlaab y el quechquémetl) eran sagradas, un “mapa cosmológico” de sus antiguas tradiciones y creencias.

Bordado Chihuahuense

Para los pueblos nómada como los tarahumara/rarámuri, el diseño de sus bordados se concentra en mostrar sus alrededores. Plasman en su arte textil, el movimiento circular del agua, así como los movimientos de la lluvia, los remolinas, y los caracoles.

La tradición del bordado en nuestro país tiene un peso cultural inconmensurable, y es precisamente por eso que nosotros buscamos compartir un poco de su tradición. Mantengámosla viva hoy y siempre.